El turismo gastronómico es en España uno de los de mayor empuje y va asociado a un target turístico de nivel cultural y económico medio, medio-alto. La explosión culinaria española de los últimos veinte años ha situado a nuestro país en los puestos de cabeza de la gastronomía mundial con toda la aportación económica y de valor añadido que eso supone. Esa explosión de la restauración española ha ido acompañada de una presencia constante en los medios de comunicación. Los grandes cocineros han sido conscientes -más que muchos grandes empresarios de otros sectores- de la importancia de la comunicación como un elemento vital de su negocio. Y además lo han hecho sabiendo que sus contenidos no debían limitarse a la promoción gastronómica convencional. El mensaje que con mucho acierto transmiten es que comer en sus restaurantes se convierte en una Experiencia que provoca Emociones; exactamente dos de las percepciones que demanda el nuevo turismo. Transmitir esas sensaciones no se hace únicamente con una buena presencia en las Redes. Nuestros cocineros ofrecen contenido, ideas, imaginación y convocan a profesionales de otras disciplinas (músicos, realizadores audiovisuales…) para construir sus historias. En el próximo Festival de Cine de San Sebastián (evento fundamental en el turismo de la ciudad) que se celebrará en septiembre se incluye por primera vez una sección dedicada a la gastronomía: “Culinary Zinema. Cine y Gastronomía”organizada conjuntamente por Basque Culinary Center y el Zinemaldia. La sección incluye siete películas y cenas temáticas. El vídeo es el teaser de la película de Felipe Ugarte y Juantxo Sardon sobre el cocinero Andoni Luis Aduriz de Mugaritz. que inaugurará la sección. Es importante observar como el cocinero se refiere a sus creaciones como «historias»; eso es un producto, un servicio, una historia.
Es obvio como cine y cocina se unen no sólo en su aspecto cinematográfico sino en el valor añadido que ofrece al viajero de calidad.
Gómez-Navarro (ex ministro de Comercio y Turismo) publicó ayer en el diario Expansión un artículo muy interesante sobre el nuevo turismo haciendo referencia a la emoción que busca el turista. “El viajero, cuando compra su viaje, no adquiere un bien que pueda ver, medir y tocar, sino que compra la satisfacción futura de una ilusión, de una vivencia, de hacer realidad un sueño. Satisfacer esa ilusión y ese sueño es, o deberá ser, nuestra estrategia final”.
La gastronomía como experiencia emotiva permite idear múltiples eventos, productos y servicios para el viajero. No hablamos únicamente de talleres culinarios o de degustaciones. La gastronomía es indisoluble de la cultura de cada territorio y del modo de relacionarse. Es la base de actividades turísticas híbridas en dónde disciplinas como literatura, antropología, historia, arte y audiovisuales se entrecruzan para idear recorridos emocionantes al viajero. Es un ejemplo sobre el que merece la pena meditar y enredar ideas, propuestas para crear productos turísticos comunicados bajo una estrategia eficaz y que satisfagan la demanda de nuevas experiencia.